“La dimensión emancipadora del placer existe, particularmente cuando ese placer no es individualista sino compartido.”

Michaël Foessel

¿Podemos, en un mundo injusto, gozar sin hacernos cómplices de la injusticia? El interrogante se plantea hoy, cuando nuestros placeres, ya sean eróticos, alimentarios o festivos, parecen formateados por el capitalismo contemporáneo y chocan con nuevos imperativos políticos: el rechazo de la violencia patriarcal, la preservación de lo viviente, las exigencias sanitarias. 

En vez de ceder a la ascesis, este libro nos invita a redescubrir la dimensión políticamente subversiva del placer. La izquierda no tiene motivo alguno para dejar la alegría en manos del pensamiento reaccionario y su defensa del “arte de vivir” opuesto al “moralismo progresista”. A condición de compartirse, el placer es una emoción que inscribe en el cuerpo una salida positiva de la catástrofe. 

En este ensayo, Michaël Fœssel propone recuperar las tradiciones que articulan placer y emancipación, y muestra que las experiencias políticas prometedoras son aquellas en las que el terror y la vergüenza están ausentes.

Barrio Rojo

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¿Podemos, en un mundo injusto, gozar sin hacernos cómplices de la injusticia? El interrogante se plantea hoy, cuando nuestros placeres, ya sean eróticos, alimentarios o festivos, parecen formateados por el capitalismo contemporáneo y chocan con nuevos imperativos políticos: el rechazo de la violencia patriarcal, la preservación de lo viviente, las exigencias sanitarias. 

En vez de ceder a la ascesis, este libro nos invita a redescubrir la dimensión políticamente subversiva del placer. La izquierda no tiene motivo alguno para dejar la alegría en manos del pensamiento reaccionario y su defensa del “arte de vivir” opuesto al “moralismo progresista”. A condición de compartirse, el placer es una emoción que inscribe en el cuerpo una salida positiva de la catástrofe. 

En este ensayo, Michaël Fœssel propone recuperar las tradiciones que articulan placer y emancipación, y muestra que las experiencias políticas prometedoras son aquellas en las que el terror y la vergüenza están ausentes.