Le gustaba que le dijeran Hank, pero en sus prosas, la mayoría autobiográficas, se llamaba Henry Chinaski. Antes de ser novelista, fue cuentista, autor de crónicas periodísticas y un notable poeta. Inclasificable estilísticamente, no sólo resulta el último escritor maldito de la literatura norteamericana, sino también el único decididamente conforme con ese estigma. Cínico, humorístico, siempre lúcido y perdedor, Bulowski fue un obrero de la palabra que recién a los cuarenta años pudo iniciar su carrera de escritor. Publicó cuarenta y cinco libros. Hasta entonces, había trabajado veinte años en los oficios más dispares y llevado adelante una vida de disipación y excesos. Junto a Raymond Chandler, puede ser considerado como la gran voz de Los Angeles, ciudad paradojal, donde el American dream toca sus cumbres más patéticas y absurdas.

Bukowski para principiantes

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Le gustaba que le dijeran Hank, pero en sus prosas, la mayoría autobiográficas, se llamaba Henry Chinaski. Antes de ser novelista, fue cuentista, autor de crónicas periodísticas y un notable poeta. Inclasificable estilísticamente, no sólo resulta el último escritor maldito de la literatura norteamericana, sino también el único decididamente conforme con ese estigma. Cínico, humorístico, siempre lúcido y perdedor, Bulowski fue un obrero de la palabra que recién a los cuarenta años pudo iniciar su carrera de escritor. Publicó cuarenta y cinco libros. Hasta entonces, había trabajado veinte años en los oficios más dispares y llevado adelante una vida de disipación y excesos. Junto a Raymond Chandler, puede ser considerado como la gran voz de Los Angeles, ciudad paradojal, donde el American dream toca sus cumbres más patéticas y absurdas.