Siempre se ha pretendido encasillar el pensamiento de los primeros filósofos en esquemas o periodizaciones que no resisten la confrontación con los textos (a veces muy escasos) que han llegado hasta nosotros. Pero dejar de lado esos esquemas no significa considerar que los filósofos que se sucedieron entre fines del siglo VII a.C. y el año 529 de nuestra fueron personalidades aisladas, especies de meteoritos en el universo del pensamiento. Invención cien por ciento griega, la filosofía se constituyó sobre categorías de pensamiento propias del pueblo griego. La realidad que los filósofos intentaron explicar fue la misma realidad que los griegos interpretaban, desde la noche de los tiempos, como algo dinámico y vital. Como este carácter dinámico de la realidad, que se percibe ya en los primeros intentos por descifrar qué es la phúsis, está presente también en Plotino, que define al ser como acto en el siglo III, casi un milenio después, Néstor Cordero intenta aproximar al lector a las explicaciones del ser de la realidad propuestas entre ambos extremos para poner a prueba una hipótesis según la cual todos los filósofos griegos compartieron esa concepción dinámica de la realidad.