La mejor forma de ocultar un asesinato es con una traición.

Un escritor de novelas de misterio llega a París en busca de la inspiración perdida.
Tiene un lugar en un viejo edificio vacío, sin ruido ni molestias.
Apenas acaba de instalarse cuando llaman a su puerta.
Y una joven muere en sus brazos.

Daniel Summers llega desde Boston a París en verano. Tiene que terminar una novela, que debe entregarle a su editor. No puede escribir desde que murió su madre, desde que su padre ha comenzado a apagarse por el alzhéimer.

Una tía, casada con un filósofo francés, le ha conseguido el lugar perfecto para que pueda escribir en otro ámbito: donde Hemingway, Scott Fitzgerald y T. S. Eliot pasaron temporadas trabajando en sus obras. Con Erik, el esposo de su tía, el filósofo, mantiene una relación tensa de competencia, en la que el francés, profesor de la Sorbona, cree que Daniel no está a su altura.

Apenas ha terminado de instalarse en la vivienda parisina donde planea escribir cuando una joven llama a su puerta y se desangra. La policía, desde ya, lo encuentra sospechoso y trata de inculparlo: el extranjero que se ha vuelto un asesino. Daniel se siente envuelto en un complot, un juego de ingenio tramado por alguien que lo detesta. Se siente atrapado en una de sus tramas, con la pesadilla de la cárcel incluida. Se aferra a una joven abogada, que le cree, que arriesga su prestigio para intentar salvarlo.

El filósofo y el escritor

$15.000
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Y una joven muere en sus brazos.

Daniel Summers llega desde Boston a París en verano. Tiene que terminar una novela, que debe entregarle a su editor. No puede escribir desde que murió su madre, desde que su padre ha comenzado a apagarse por el alzhéimer.

Una tía, casada con un filósofo francés, le ha conseguido el lugar perfecto para que pueda escribir en otro ámbito: donde Hemingway, Scott Fitzgerald y T. S. Eliot pasaron temporadas trabajando en sus obras. Con Erik, el esposo de su tía, el filósofo, mantiene una relación tensa de competencia, en la que el francés, profesor de la Sorbona, cree que Daniel no está a su altura.

Apenas ha terminado de instalarse en la vivienda parisina donde planea escribir cuando una joven llama a su puerta y se desangra. La policía, desde ya, lo encuentra sospechoso y trata de inculparlo: el extranjero que se ha vuelto un asesino. Daniel se siente envuelto en un complot, un juego de ingenio tramado por alguien que lo detesta. Se siente atrapado en una de sus tramas, con la pesadilla de la cárcel incluida. Se aferra a una joven abogada, que le cree, que arriesga su prestigio para intentar salvarlo.