En la poesía de Yves Bonnefoy se trata desde un principio de cómo decir la presencia, eso que no siempre parece estar al alcance de las palabras. Al menos habría entonces que separar de su materia, de su carácter de habla, las ideas que petrifican, lo que podría hacerse a través de imágenes. Por algo el primer libro incluido aquí se titula Anti-Platón. Pero también las imágenes, como el sueño, pueden tender una trampa, y acaso la presencia se indique más bien en la escucha de una voz: alguien habla en el verdadero lugar. Así, aparecen nombres, cantos, sitios precisos, paisajes. Y si en un momento se intentará leer en piedras, en tumbas o ruinas, las voces de la vida presente, que van del pasado al futuro, en el último libro de esta etapa se buscará en cambio esa escucha, esa atención, la suspensión del tiempo para que un ser mortal se pronuncie, se recupere en su habla, en la fluidez del agua, en un río, surcado por botes nocturnos, pero también en esa forma del agua que configura imágenes móviles en el cielo, las nubes.

En su conjunto, desde los primeros textos publicados hasta los libros deslumbrantes de los años ’60 y ’70, pueden leerse aquí las progresiones, los intentos y los hallazgos de uno de los poetas más fascinantes, más conscientes de nuestra época.

Poemas. 1947 - 1975

$24.500
Poemas. 1947 - 1975 $24.500
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

En la poesía de Yves Bonnefoy se trata desde un principio de cómo decir la presencia, eso que no siempre parece estar al alcance de las palabras. Al menos habría entonces que separar de su materia, de su carácter de habla, las ideas que petrifican, lo que podría hacerse a través de imágenes. Por algo el primer libro incluido aquí se titula Anti-Platón. Pero también las imágenes, como el sueño, pueden tender una trampa, y acaso la presencia se indique más bien en la escucha de una voz: alguien habla en el verdadero lugar. Así, aparecen nombres, cantos, sitios precisos, paisajes. Y si en un momento se intentará leer en piedras, en tumbas o ruinas, las voces de la vida presente, que van del pasado al futuro, en el último libro de esta etapa se buscará en cambio esa escucha, esa atención, la suspensión del tiempo para que un ser mortal se pronuncie, se recupere en su habla, en la fluidez del agua, en un río, surcado por botes nocturnos, pero también en esa forma del agua que configura imágenes móviles en el cielo, las nubes.

En su conjunto, desde los primeros textos publicados hasta los libros deslumbrantes de los años ’60 y ’70, pueden leerse aquí las progresiones, los intentos y los hallazgos de uno de los poetas más fascinantes, más conscientes de nuestra época.